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No puedo evitar volver al tema de la falta de naturalidad de los padres de hoy en día a la hora de educar.
Este año tengo un niño en mi clase, es un niño muy rico, todo lo que proponemos lo realiza con gusto, durante la jornada escolar se muestra tranquilo y sereno. Sin embargo,  sus padres , bajo mi punto de vista, viven la educación de su hijo de forma angustiosa, quieren controlar y saber absolutamente todo lo que hace. 

No nos damos cuenta el daño que hacemos a nuestros hijos cuando no les dejamos hacer y crecer, para los niños la escuela y la casa son dos mundos diferentes, en cada uno tienen su rol , si todo va bien en el aula es muy común que no nos cuenten nada, menos si les sometemos a un tercer grado cada vez que salen del colegio, que es lo que la mayoría de los padres suelen hacer. Si les dejamos su tiempo, es probable que luego , espontáneamente, durante esos ratos (cada familia tendrá los suyos) ,en los que se producen charlas relajadas , en mi caso suele ser durante la cena o en los trayectos en coche, surgen anécdotas, dudas , sentimientos, sensaciones aquello que quieren contar de su jornada. ¿No te pasa a ti lo mismo con tu trabajo? Al salir estás a otra cosa, después de una larga jornada no te apetece seguir hablando de trabajo, sales y desconectas…

Que esto suceda, está bien. Es importante que poco a poco vayan rompiendo lazos, que se conviertan en personitas autónomas e independientes, en la medida de su posibilidad, si nuestros hijos nos necesitan, nos van a buscar. Normalmente somos nosotros los que mejor conocemos a nuestros hijos , sin duda sabemos mejor que nadie cuando las cosas no van bien, cuando algo les inquieta, cuando sufren, cuando están nerviosos, en ese caso , tenemos que actuar, de lo contrario dejémosles crecer, dejémosles que ellos nos muestren aquello que quieran mostrar.

Por otro lado, también es importante que la familia encuentre sus momentos, que vivan el día a día, según las necesidades del niño y no las exigencias del adulto, estos padres en concreto, me pedían que les diera información de lo que hacíamos durante las clases, para así poder tener temas de conversación con su hijo. Volvemos a la naturalidad, la relación con tus hijos debe ser fluida, no necesitas un guión para hablar con ellos, si les dejas espacio y tiempo, seguro que ellos te cuentan todo aquello que te inquieta o que le inquieta.

Pasan muchas horas en la escuela, es cierto, allí van a encontrar otras personas de referencia, van a crear, lazos de amistad, van a crear también enemistad, van a aprender , no sólo conceptos y conocimientos, también normas y seguro que también aquello que no quieren hacer o a quien no se quieren parecer. En definitiva van a aprender a convivir. Y es muy saludable que les acompañemos en ese camino y que estemos allí para todo aquello que necesiten y entre esas necesidades a veces se nos olvida dejarles ser y hacer.

 

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