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Sin ánimo de aleccionar a nadie y desde la más  absoluta humildad voy a tratar de reflexionar en voz alta, normalmente me cuesta trasmitir , sólo cuando me enciendo y algo me perturba o no lo entiendo suelto una retahíla de palabras atropelladas , aquí voy a tratar de poner orden a todo aquello que me inquieta del mundo de la educación y quizá de la vida en general ¿ Quién sabe? Ahí va mi primera reflexión de La vida es un pimiento.

Últimamente me doy cuenta que todos los padres con los que hablo me recomiendan mil libros que se han leído sobre pedagogía , anatomía del niño, psicología infantil y demás disciplinas que tengan que ver con el mundo de los niños.

Creo que muchas veces nos complicamos la vida, queremos ser expertos en todo  por supuesto también en educación ,lo fácil lo acabamos haciendo difícil, aquello que tendría que fluir y ser  intuitivo deja de serlo , nos dejamos guiar por todo tipo de información , hoy en día en todos los hogares hay un montón de libros sobre educación y crianza, sin contar los  blogs y las páginas web que existen sobre el tema. Parece como si los padres de hoy necesitaran unas instrucciones, como el que se compra cualquier aparato, para hacer funcionar a sus hijos…

Las teorías son estupendas y es cierto que el saber no ocupa lugar, por supuesto que está muy bien documentarte y dejarte guiar por expertos, el problema es que muchas veces todo eso no se sabe gestionar y quizá a veces es tiempo perdido, ya que lo que realmente necesitan nuestros hijos es que pasemos tiempo de calidad con ellos, tiempo durante el cual nos dediquemos a descubrir y comprender cuáles son sus necesidades. Cada niño es único e independiente, por lo tanto no hay fórmula magistral, lo que vale para uno no sirve para otros, cada uno tiene unas necesidades e intereses y nuestra función como padres es descubrirlo. No lo vamos a encontrar en los libros, lo vamos a encontrar prestando atención a las señales que ellos nos mandan, y para eso hay que escuchar y observar.

Lo que seguro sirve para crear el clima necesario y que nuestros hijos crezcan felices y de forma ajustada:

  • Utilizar el sentido común, sabemos perfectamente cómo actuar, el miedo o la responsabilidad a la hora de educar hace que nos olvidemos.
  • Mucho amor, cuando las cosas se hacen con cariño salen mejor, no escatimemos en abrazos besos y palabras afectuosas, mejor pecar por exceso.
  • Límites claros , que den seguridad a nuestros hijos.

 

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