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Predicar con el ejemplo lavidaesunpimiento.comDespués de un tiempo de silencio, he decidido ponerme manos a la obra con el pimiento de nuevo.

Durante estos meses, me he encontrado en un estado de agotamiento total, y los diferentes temas se me han ido acumulando en la cabeza, sin orden ninguno. A ver si soy capaz de desbloquearme e ir desenmarañando todos mis pensamientos.

Entre otros temas , hay uno, que  suele ser recurrente para mí. La influencia del adulto sobre el niño, la responsabilidad que tenemos ante ellos .

Nosotros, los adultos ,no somos conscientes de la capacidad que tenemos para influir en nuestros niños, para bien o para mal.

Somos modelos de referencia y esto no lo debemos olvidar porque conlleva una alta responsabilidad.

Esto no quiere decir que tenemos que ser perfectos a los ojos de nuestros niños, al contrario, debemos mostrarles que somos humanos, que nos equivocamos y que no pasa nada por ello, siempre se puede enmendar un error, y se debe aprender de ellos.

Es más, estoy absolutamente convencida de que nos estamos volviendo locos, no sé si será por las redes sociales ,  lugar en el que todo el mundo muestra sus habilidades, es experto en infinidad de cosas  y además  enseñan una sonrisa las veinticuatro horas del día.

El caso es que creo que debíamos intentar de dejar de ser “superwoman”. Por que es imposible que seamos capaces de llegar a todo.Mi sensación es que no sólo tenemos que tratar de ser magníficas profesionales, madres amorosas y maravillosas, esposas increíbles, amigas entregadas, cocineras expertas, tener infinidad de aficiones , la lista podría ser interminable. Pero es que además, no debemos mostrar nuestro desasosiego, nuestros miedos, nuestras angustias. Todo esto hace que nuestros hijos se fijen en un patrón equivocado, inalcanzable e irreal. Además de vivir estresado y sin centrarnos en lo verdaderamente importante.

Hace muchos años fui catequista en una parroquia.El sacerdote que se encargaba de la pastoral de niños y jóvenes, una gran persona y un gran amigo, me aconsejó que no me olvidara que yo era catequista  las veinticuatro horas del día, no sólo durante las reuniones con los niños. Una gran frase y una gran realidad que me ha acompañado durante mi labor docente y durante mi maternidad.

A veces los adultos tendemos a hacer y resolver cosas de forma inconsciente, que pueden generar inseguridad y malos hábitos en nuestros hijos.

«Queremos niños ( y en un futuro adultos), cívicos y sin embargo cruzamos todos los semáforos en rojo, queremos niños sinceros, pero les pedimos que digan que tienen otra edad para no pagar el autobús, queremos niños educados pero hablamos mal, queremos niños felices, pero vivimos estresados y de mal humor, queremos niños empáticos, pero no somos capaces de ponernos en el lugar del otro, siempre estamos llenos de razón…»

Por otro lado, los niños deben saber que hay cosas que ellos no pueden ni deben hacer , el motivo por el cual no deben hacerlo, es por que no tienen la madurez suficiente o porque afecta a su desarrollo. Todos sabemos que un menor no debe beber alcohol, en realidad los adultos tampoco deberían hacerlo,  pero con sentido común se puede beber. No pasa nada porque tu hijo te vea beberte una cerveza, una copa de vino… pero ojo, en mi opinión si pasa si comienzas a comportarte de forma rara , si de repente estas contento de más y divertido en exceso…. Obviamente, entre adultos no hay nada censurable , no va más allá de lo anecdótico que hay alguien lleve unas copitas de más (cuándo está controlado, el alcoholismo es una cosa muy seria) Pero a tus hijos les estas dando un patrón equivocado, les estas diciendo que no pasa nada por emborracharse, que te puedes desinhibir cuando bebes alcohol y es correcto… Además no nos damos cuenta, pero estamos continuamente haciendo apología del alcohol y de las drogas en nuestro lenguaje y eso también puede llevar a los niños a equivocarse….

Me consta que algunas personas estarán leyendo esto y estarán esbozando una sonrisa, tuve una acalorada discusión sobre este tema con unas amigas el verano pasado.

Realmente es importante que nuestros hijos nos vean personas con hábitos sanos y saludables, debemos tener cuidado con lo que decimos , una frase, una imagen se les puede quedar grabada y puede influir en sus decisiones adultas. ¿Quién no tiene algún recuerdo de adultos que le hayan marcado en su infancia? Seguro que recuerdas con nitidez alguna frase o actitud que influyeron o influyen en tu forma  de ser y estar.

Debemos pasar tiempo de calidad con ellos, en el que vean adultos sanos, con sentido del humor, capaces de disfrutar de la vida sin aditivos. Por eso disfruto mucho cuando pasamos tiempo en familia realizando actividades juntos , cuando vamos a un concierto,  bailamos, jugamos, en definitiva disfrutamos de nuestra compañía sin grandes aderezos.

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